La primera persona en la que pensé al leer el tema de hoy es la misma persona por la que estoy actualmente donde estoy. Desde pequeña he visto a mi madre crear, entretener y fascinar con el diseño. Hay que tener mucho ojo y paciencia para hacer lo que ella hace.

El diseño gráfico es un arte, así como lo es la fotografía, el vídeo, la pintura, la escultura…

Todos consumimos a diario estas artes y, sin embargo, no muchos lo valoran como es debido: «Es solo una foto», «yo también hago páginas web, con esta aplicación», «es muy fácil hacer un logo, eso te lo hago hasta yo», «en bellas artes solo dibujan, no hacen cosas difíciles», «¿me haces unas fotos? Ah espera, ¿cobras por ello? Entonces no», «hace buenas fotos porque tiene una cámara buena», «estáis todo el día con las camaritas pero no hacéis cosas de verdad».

Señoras y señores, déjenme que les cuente que detrás de cada buena foto hay una gran mente.

Que todos pueden tener una cámara, pero se necesita mucho más que eso para hacerlo bien.

Que las fotos o los vídeos buenos no lo son porque sí, lo son porque aquel que lo hizo tuvo en cuenta miles de cosas de las que tú quizá ni te has dado cuenta. Detalles sutiles que unidos crean una obra de arte. Años y años de trabajo y estudio para hacer esa serie o esa película que tanto te gusta y que tan enganchado te tiene. No digáis «yo también hago eso» sin haberlo intentado.

Os invito a estar creando a diario, partiendo de una hoja en blanco, de un lienzo vacío o de un bloque en bruto.

Solo digo que la próxima vez que menospreciéis el trabajo de alguien del mundo artístico/audiovisual/etc, me gustaría que recordaseis que somos nosotros mismos los que a diario también os aportamos series, películas, noticias, imágenes.

Los que a diario hacemos posible que en vuestro tiempo libre podáis ver grandes pinturas o esculturas en museos. Los que a diario aportan su granito de arena reflejando la cultura y el mundo actual en nuestras obras.

Gracias mamá, por enseñarme a disfrutar el mundo con esta visión artística.